Ayer nos visitaron Pato y Edy Balyan. Los recibimos en nuestras oficinas para escuchar sus impresiones luego de conocer los dos invernaderos que se construyeron en Tavush gracias a su aporte.

Desde Yerevan, Edy viajó a Tavush por una ruta bordeando la frontera con Azerbaiján: es que los invernaderos de Tavush están en pueblos fronterizos. El primero está en Goghp (al N.E de Armenia), y cuenta con 5000 habitantes. Allí los recibió la familia beneficiaria completa: abuelos, padres y nietos. Como es habitual en Armenia, lo invitaron a pasar, a comer, en forma de agradecimiento, y le ofrecieron -entre muchas otras cosas- verduras cosechadas gracias al invernadero. La más chica de la casa recitó una poesía y los llevaron a conocer su jardín, el invernadero por dentro y le contaron sobre cómo había mejorado la calidad de vida de toda la familia.

El segundo invernadero está en un pueblo más chico (800 habitantes) a 7 km de Goghp, que se llama Zorakan. Allí hubo una segunda recepción, ¡también con comida!, y con vegetales del invernadero. Esta familia aumentó su producción y vendía el excedente de la cosecha en el pueblo.

Según contaron Pato y Edy, les resultó muy positivo que la familia beneficiaria conociera al donante del invernadero, porque hace sentir al beneficiado, que el que está del otro lado es alguien igual a ellos, que en este caso tuvo oportunidad de ayudar y colaborar con un proyecto. “Es bueno compartir a todos que con poco se puede hacer mucho y que cada uno puede donar a su medida” dijo Edy y animó a todos a “hacer algo por Armenia con lo que uno lleva dentro”.

Para nosotros, como miembros del Fondo Armenia, fue muy satisfactorio y emocionante escuchar todo su relato, ver las fotos, los videos y compartir estas vivencias. Es muy motivante ver que los donantes se llevan una buena impresión cuando visitan los proyectos por los que trabajamos tanto.